Segovia celebra en Santa Bárbara la jura de Bandera Civil
Esta mañana la alcaldesa de Segovia, Clara Luquero, ha pronunciado un discurso durante la celebración de la Jura de Bandera de personal civil celebrada con motivo de la festividad de Santa Bárbara. Queridos artilleros y artilleras, tenéis el honor de formar parte de la Academia militar -en activo- más antigua del mundo; y créanme si les digo que, para la ciudad de Segovia, es un orgullo poder acogerles en este acto y compartir juntos la celebración de su patrona: Santa Bárbara.
Tras más de año y medio inmersos en una pandemia, que ha segado tantas vidas, que nos ha golpeado con crudeza y que ha condicionado hasta nuestra forma de vivir; créanme si les digo que, es un placer poder volver a participar como alcaldesa en un acto tan querido, para mí, como este…
Poco a poco, y a pesar de la aparición de nuevas cepas de la enfermedad que nos hacen estar a todos en permanente alerta; poco a poco, gracias a la universalización de la vacunación empezamos a dejar atrás la crisis sanitaria; y así, paso a paso, vamos adaptándonos a una ‘nueva normalidad’, que todos deseamos se parezca lo más posible a la ‘vieja normalidad’ que tanto echamos de menos.
Normalidad que, de alguna manera, se refleja en encuentros como este, en el que celebramos uno de los actos más simbólicos y entrañables de cuantos se efectúan en nuestra tierra. Un acto que nos brinda una nueva oportunidad para evidenciar los estrechos lazos de amistad y convivencia que existen, desde hace siglos, entre la noble ciudad de Segovia y su querida Academia de Artillería.
Así, tras un 2020 en que la pandemia nos impidió celebrarlo, hoy, 4 de diciembre de 2021, volvemos a estar aquí reunidos, sociedad civil y miembros de las Fuerzas Armadas, ciudadanas y ciudadanos de Segovia, de nuestra tierra, para juntos disfrutar de la celebración de Santa Bárbara, un encuentro que, desde hace unos años, se ha convertido en un homenaje a la Academia de Artillería, a nuestra bandera y a la Constitución Española.
Y lo hacemos, cómo no, en nuestra Plaza Mayor. Un espacio que, desde siempre, simboliza el corazón de la ciudad; y que, con actos como este de la Academia de Artillería, se convierte en un lugar de compromiso con nuestros valores democráticos y constitucionales, ejemplificados en esta jura de bandera ciudadana. Porque nunca olvidemos que nuestra bandera, es el símbolo de nuestra unidad y de nuestra pertenencia a un proyecto común, más allá de nuestras diferencias.
Por otra parte, en este acto, la ciudad hace público su afecto y reconocimiento a la Academia de Artillería, porque 257 años de historia común han dejado una huella indeleble en el corazón de los segovianos. Y es que, la Academia es una institución militar y académica ejemplar de la que los segovianos nos sentimos cada vez más orgullosos.
Esta ‘Universidad del honor’ que, desde su fundación aquel 16 de mayo de 1764 como Real Colegio de Artillería, tiene a nuestra ciudad como sede; y ha sido, y sigue siendo, una de las referencias científicas y culturales de Segovia.
Lo he dicho muchas veces y quiero volver a dejarlo claro hoy: Segovia no sería la misma sin la Academia de Artillería.
Nuestra ciudad no puede si no sentir orgullo y afecto por esta querida institución con la que hemos compartido más de dos siglos y medio de historia, así como un inmenso orgullo y afecto también por quienes la integran.
Una institución que sirvió para que la modernidad, para que la luz, para que la ilustración, llegasen a nuestra ciudad y a nuestra tierra.
Porque fue en la Academia de Artillería donde Louis Proust descubrió la Ley de Proporciones Definidas, porque fue la Academia de Artillería la que en 1792 realizó el primer vuelo militar de nuestra historia.
Y es que son numerosas las valiosas aportaciones del Real Colegio a lo largo de nuestra historia; porque, no lo olvidemos, estamos hablando del Centro de Enseñanza de mayor entidad del último tercio del Siglo XVIII en España, con una apuesta pedagógica que introduce el método científico -el conocimiento basado en la experiencia-, la conjunción de teoría y de práctica, sin olvidar nunca los valores. Como así lo refleja el Padre Eximeno en la Primera lección. Esto es parte del testimonio de excelencia legado por la historia de la Academia de Artillería, que no en vano es el centro de enseñanza militar en activo más antiguo del mundo.
Y es que estamos hablando de 257 años de modernidad, de conocimiento, de investigación. 257 años a la vanguardia de la enseñanza, pero también; y, sobre todo, 257 años de liderazgo y de compromiso con nuestra historia.
Por todo ello, y para concluir, quiero expresaros, artilleras y artilleros, la admiración y el cariño que siente por vosotros y vuestra labor nuestra ciudad. De la misma manera esperamos que nuestra ciudad haya dejado y deje su impronta en la memoria de todos los artilleros que hayáis vivido y viváis aquí vuestra etapa de formación.





























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